Esto es mucho más que un símbolo. Comienza una nueva era en la historia de lo que fueron estos centros de tortura y muerte, manejados lamentable y tristemente por profesionales de la sanidad animal.
Esa historia está cambiando a pasos acelerados, por más que la corporación veterinaria hace esfuerzos desesperados por mantener y controlar las viejas estructuras.
El Movimiento Animalista festeja lo que hoy ocurrió en San Martín. Esta muestra de sensatez, producto de una larga e incansable lucha a la que se sumaron funcionarios que defienden valores y están cambiando las políticas públicas, es la cresta de una ola imparable, el tsunami que acabará de una vez y para siempre con una etapa sangrienta y vergonzosa, la etapa de las perreras, de los sacrificios ocultados tras sus paredes, de "la eutanasia humanitaria" donde todos son terminales y deben morir por pura "piedad".
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