Brasil cuenta ya con el primer hospital para mascotas de familias pobres, el sitio ofrecerá asistencia gratuita a animales domésticos de familias con bajos recursosque, de otra manera, no podrían cuidar a sus mascotas.
El hospital comenzó a funcionar desde hace un mes en la ciudad de Sâo Paulo, en Tatuapé, la tercera mayor urbe del planeta. El sitio ha tenido un enorme éxito, por lo que ya consideran agrandar el hospital en el que trabajan 25 profesionales de la sanidad animal y 25 funcionarios de servicios generales.
Teniendo una población de seis millones deanimales domésticos, Sâo Paulo ha sido también primera ciudad del país en el que las autoridades públicas, gracias a una iniciativa del Partido Verde, han logrado la edificación del primer hospital animal para personas de baja renta.
Los responsables del hospital están seguros de que ciudades que ya poseen políticas públicas a favor de los animales como Rio, Porto Alegre, Curitiba y otras, seguirán el ejemplo de Sâo Paulo.
La demanda de los servicios ha sido tan grande, que a las 3:00 horas (en la madrugada) ya hay personas esperando turno a la puerta del hospital.
Se estima que hasta ahora el hospital ha atendido más de más de tres mil casos al mes, algunos de los pacientes han necesitado más atenciones y tiempo, pues han requerido operaciones, transfusiones de sangre, tratamiento de suero etc.
El director administrativo del hospital, Renato Tartália, veterinario de 49 años, admitió que aun después de 25 años en este rubro, el dolor expresado por las personas, gente muy pobre, ante la muerte de su mascota, lo sigue afectando.
Wilson Grassi, Consejero de la Asociación Nacional de Clínicas Veterinarias de Sâo Paulo expuso tres justificaciones para la creación de ese hospital para animales con recursos públicos:
1- Elimina el dolor de animales enfermos sin posibilidad de tratamiento
2- Reduce la angustia de las personas que se ven impotentes y sin recursos para curar a uno de sus animales de compañía, a veces, como en las personas que viven solas, el último reducto de cariño que les queda en la vida.
3- Se trata de un problema de sanidad pública, pues los animales enfermos que no reciben tratamiento son fuente de transmisión de enfermedades para los humanos.
La Constitución brasileña regula este tema a través del artículo 225, el cual nos dice que “el respeto a la vida, la libertad corporal y la integridad física de los animales prohíbe prácticas que los pongan en riesgo o provoquen su extinción”.
El veterinario Tartalia justificó la creación del hospital, financiado por el gasto público, advirtiendo que al curar a los animales domésticos de familias pobres “se está curando también a sus dueños”, pues ellos también sufren e incluso pueden enfermar frente a la angustia de no tener los medios para ayudar a sus mascotas.
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