Sabias porque algunos gatos llevan la M tatuada en su frente ???
Cuenta la leyenda que....
Seguramente alguna vez te has preguntado porqué tantos gatos parece que tuvieran la letra M marcada en sus frentes. Existen algunas leyendas en tor
no a este misterio, una de ellas cuenta que cuando Jesús nació, varios animalitos rodearon su pesebre, y entre ellos se destacaba una gata atigrada.
El niño Jesús, encantado por todo lo que le rodeaba no podía dormir y lloraba. En un momento, la gatita atigrada se sentó junto a él y suavemente lo acarició al mismo tiempo que ronroneaba. Poco a poco Jesús se quedó dormido; y agradecida, la virgen María acarició la frente de la gata y apareció entonces en la frente del felino la letra M, desde esa noche todos los tabbies la llevan marcada en la frente de nacimiento.
La segunda leyenda, no menos fascinante, cuenta que Mahoma, un amante de los gatos, estaba sentado con su gata favorita llamada Muezza, esta se encontraba dormida sobre una de las mangas del profeta. En ese momento Mahoma necesitaba salir de su hogar y para no despertarla, prefirió cortar la manga de su vestimenta a interrumpir el sueño de Muezza.
A su regreso, Muezza se inclinó ante él para darle las gracias. El profeta entonces acarició su frente sobre la que apareció la letra M de Mahoma y le otorgó además, el don a ella y a todos los gatos, de caer siempre de pie.
El niño Jesús, encantado por todo lo que le rodeaba no podía dormir y lloraba. En un momento, la gatita atigrada se sentó junto a él y suavemente lo acarició al mismo tiempo que ronroneaba. Poco a poco Jesús se quedó dormido; y agradecida, la virgen María acarició la frente de la gata y apareció entonces en la frente del felino la letra M, desde esa noche todos los tabbies la llevan marcada en la frente de nacimiento.
La segunda leyenda, no menos fascinante, cuenta que Mahoma, un amante de los gatos, estaba sentado con su gata favorita llamada Muezza, esta se encontraba dormida sobre una de las mangas del profeta. En ese momento Mahoma necesitaba salir de su hogar y para no despertarla, prefirió cortar la manga de su vestimenta a interrumpir el sueño de Muezza.
A su regreso, Muezza se inclinó ante él para darle las gracias. El profeta entonces acarició su frente sobre la que apareció la letra M de Mahoma y le otorgó además, el don a ella y a todos los gatos, de caer siempre de pie.
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